Mi confrontación con la docencia
Hola compañeros, ya iniciamos la semana 2 de la especialidad y seguimos en el esfuerzo cotidiano.
Me preguntaba por que confrontarnos con la docencia, con nuestra docencia, no el enfrentarnos uno contra otro, sino hacer frente juntos, con el otro, confrontar uno al otro, uno, lo que hacemos y pensamos como docentes y lo otro, lo que en esencia debería ser la docencia. Pareciera ser un acto de reflexión e introspección, que ahora debemos hacer público.
Soy Biólogo de profesión egresado del IPN en el año de 1980 y por mi mente creo que nunca paso el ser docente, pensaba en irme al campo, alguna estación de biología en la selva mexicana, en fin, pero decidí seguir en la escuela haciendo un posgrado, y eso me llevó a permanecer aquí en la ciudad. Se acabo la beca, ya era el año de 1983 y con otros compromisos me invitaron a dar clases de secundaria a una escuela particular de métodos no tradicionales, no puedo decir que me haya ido bien ni mal, simplemente, era tratar con chicos que venían trabajando de una forma y yo traía todas mis armas de una escuela tradicional, yo me tenía que hacer a su forma de trabajo y es difícil cambiar y aceptar, lo intente pero solo duro para completar el curso.
Además en el mismo IPN concurse por unas cuantas horas para un área que nunca había ejercido, pero gane la plaza para profesor de laboratorio de una materia optativa de la carrera de Biólogo, donde aparte de la materia tenía que participar en los proyectos de investigación, aún con esas mínimas horas. Fue otra forma de dar clase, mis alumnos eran compañeros de generaciones de algunos años atrás de mí, casi de mi edad, pero estaba más a gusto, si acaso era el hecho de tener que prepararme en algo que no conocía, miedo no, tal vez inseguridad de lo hecho lo dicho y el temor equivocarse en algo.
Sigo aquí después de 25 años con unas horas más y aún escalando para llegar a la última categoría, casi 17 años en esa área que deje por problemas con el titular del curso, realizando investigación y llevando el laboratorio y parte del curso, ahora casi me dedico a la pura docencia, pero espero volver a la investigación en esa área o una nueva que estoy desarrollando y que más adelante les comentare. Unos meses después de entrar al poli, me dijeron que en una escuela estaban solicitando alguien que diera ecología, y como ese era mi posgrado, fui y me encontré que era un CET, julio del 83, me entreviste con el jefe de planeación, un egresado de la misma escuela, me presento al director, quedaron de que realizará un examen frente a la academia, personas de orientación, pedagogos del plantel y directivos. No se si fue el primer examen de oposición en un CET, pero me quede, y este 1º de septiembre igual cumplo 25 años en el mismo plantel.
Que ese mismo año cambio a CETis, así que en mi primera generación me enfrente a dos tipos de alumnos, los que ya estaban con el plan anterior como técnicos terminales, algunos ya maduros, trabajadores y otros rechazados de otros sistemas y los nuevos, la gran mayoría recién egresados de secundaria, cuando aún no había examen COMIPEMS, es decir se habían ido a inscribir porque la escuela era su primera o única opción.
Como ven me inicie como docente por necesidad, por cumplir como académico pero sin ninguna formación en ello, cabe aclarar que en el CETis de inicio nos dieron algunos cursos que me sirvieron en la elaboración de programas por objetivos, siguiendo a Bloom, la tecnología de la enseñanza imperante en aquella época, me sirvió como método de trabajo, pero no avance más.
En el año de 1999 surgió la oportunidad de hacer la maestría en el CIIDET, vía online, la curse y en el año de 2003 presente mi examen. Esto no puedo decir que me haya cambiado mucho en el ser profesor, se tienen más herramientas, se conoce más, y tal vez es lo que se demuestra durante las clases, la maestría me dio la oportunidad de una invitación a dar clases en una escuela que ofrece una maestría en docencia y ya casi desde hace cuatro años, doy clases a profesores del estado de México, en diversas asignaturas, por cuatrimestre, con cuatro sesiones sabatinas por curso. Una oportunidad es que cada curso puede ser en una sede diferente de casi cualquier municipio del estado, desde el más cercano, Naucalpan, Tlalnepantla, hasta el más lejano, San Pedro Limón, Tejupilco, etc. Y la otra son docentes desde preescolar, hasta licenciatura, de todas las condiciones sociales, profesores de educación especial, multigrado, educación bilingüe, me refiero a la étnica, hasta de licenciatura o que ya han cursado un posgrado. Es decir los pájaros tirándoles a las escopetas. Un profesor que no lo es dando clases a quienes si lo son, he aprendido al tener que enseñar y me han enseñado desde abajo, la escuela más pobre, los alumnos más humildes, con sus problemas de personas y docentes de todos los días. A la par actualmente curso el doctorado en docencia, llevo dos años y estoy en el trabajo de tesis, en el área de investigación de la práctica docente, como ven esto nunca termina, la serpiente comiéndose así misma. Ser maestro pero a la vez alumno. Quien sabe si alguna vez se acabe, tal vez nunca y será lo mejor.
En el CETis, siempre hay una lucha aparte de la académica que creo es la que todos salvamos por nuestra profesión o conocimiento a fuerzas, pero lo otro el lograr que el alumno que fue seleccionado o colado por examen COMIPEMS, en el cual sus opciones son la prepa o la voca, donde se quedan lo de mayor puntaje o suerte, y después van cayendo a las escuelas con menor demanda, entre ellas los CETis, me refiero a los del DF, alumnos la gran mayoría que pensaba en otra escuela, otra carrera, de bajo puntaje, que vienen de lugares distantes y, que por coincidencia, de escasos recursos. Hay que luchar con todo eso, pocas aspiraciones, apatía, bajo nivel académico, eso es lo que hay en el CETis, tratar de formarlos como individuos, darles una oportunidad, de las muchas que ya han perdido, decirles que van a salir a seguir compitiendo, más que docentes hay que ser padres, guías, tutores, psicólogos, y cuantos de nosotros estamos capacitados para ello.
Satisfacciones pocas, son más los que no han logrado lo que desean, tal vez un gracias al acabar los cursos o cuando regresan diciendo que están en la superior o acabaron una carrera, insatisfacciones, muchas, por eso creo que aún sigo en esto tratando de que, tal vez no acaben una carrera todos, pero si formar personas libres, integras, que puedan pensar para sí y para todos.